Nadie duda que la actividad física es una de las mejores maneras para mantenerse joven y saludable. La natación es uno de los deportes que más contribuye a este cometido, permitiéndonos ejercitar todos los músculos del cuerpo.
La natación reduce el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, estimulando la circulación sanguínea y ayudando a mantener una presión arterial estable. Por otra parte, genera una mayor resistencia cardiopulmonar.
Pero los beneficios no terminan aquí: la práctica del nado fortalece además los tejidos articulares, previniendo posibles lesiones, y provoca la eliminación de distintas secreciones bronquiales.
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